Nota de reconocimiento

San Juan de la Rambla posee un importante patrimonio arquitectónico civil y religioso, que las distintas generaciones de sus habitantes nos han legado para su contemplación y disfrute; todo ello enmarcado dentro de un entorno natural que sus moradores han sabido conservar. Este blog quiere hacerse eco de ese sentir de divulgación y popularización del patrimonio que tanto ha costado levantar y conservar a lo largo de los cinco siglos de existencia del municipio.

La casa de Piedra y la Casa de la familia Granadillo



Casa de "Piedra":

Casa de Piedra

También en la calle de Arriba o de Antonio Oramas, se encuentra una casa muy llamativa conocida por “casa de piedra”. Es una casa de dos plantas, aunque su planta superior y azotea, estuvo más de 100 años inacabada. Su construcción debió iniciarse a mediados del siglo XIX y la construyó José Domínguez, que al trasladarse a vivir al Puerto de la Cruz, la dejó sin terminar.
La heredó un hijo suyo, José Hernández Afonso (1843-?), casado con Rosalía Pérez Delgado, que vivieron en Santa Catalina y tampoco la habitaron. La heredaron posteriormente sus hijas Rosalía y Rosario, que se limitaron a alquilar su planta baja para establecer allí una carpintería. La hereda posteriormente un hijo de Rosalía, José Pérez Hernández (1905-1974), la habita y realiza diferentes arreglos , actualmente la habitan sus descendientes que han completado su habitabilidad con gran acierto.

Tiene dos fachadas. En la principal que da a la calle de Antonio Oramas, predomina la piedra de cantería, destacando sus esquinas; sobre todo, la que da a ambas calles, que ofrece un perfil redondeado, con distintas molduras y resuelta con admirable sensibilidad; es única en el pueblo. En su planta superior y rematando la azotea posee una magnífica cornisa de cantería y colocándose como antepecho, una sencilla reja de balaustres de hierro. Hay otra cornisa más pequeña, rematando el piso de la segunda planta, agrandándose en los huecos de su fachada formando elegantes peanas que sirven de base a los balcones con balaustres de hierro. Su parte baja está protegida por un amplio zócalo de piedra. Todos los huecos de puertas y ventanas presentan marco de piedra con arco rebajado, delimitado por una fina moldura.
Ya no se conserva el primitivo suelo de losas de piedra en su planta baja. Para acceder a la planta superior hay una escalera de doble tramo, el primero es de piedra y el otro de madera, llegándose a la segunda planta con piso de madera. Desde un corredor trasero abierto, con antepecho cerrado y pies derechos que sostienen el alero del tejado, una estrecha escalera de madera conduce tanto a la bodega como a la azotea. Esta tiene todos los paramentos cubiertos de piedra y son interesantes diversas gárgolas que desaguan en la parte posterior y a un estanque, al que se accede desde la bodega y se halla enmarcado por paredes descubiertas. Las dependencias posteriores poseen cubierta de teja.


Casa de la familia Granadillo:

Casa familia Granadillo
Frente al chorro viejo, también en la calle Arriba, hay una casona de dos plantas que, en la primera mitad del siglo XVIII, perteneció a Juan Francisco Granadillo, con ascendencia en Icod, esposo de Isabel Francisca Afonso Dávila. En 1721 fue vendida y habitada por el presbítero José Esteban Rodríguez (1683-1743) que fue capellán de la Iglesia de San Juan y gran valedor de la construcción de la ermita de San José, la heredó su sobrino Pedro Domínguez Bautista (1715-1762) como patrimonio para ordenarse sacerdote y fue también capellán de la Iglesia de San Juan. Este testó en 1762 declarando como heredera a su hermana Josefa Luis Bautista (1713-1798), esposa de Juan Afonso Dávila, la heredan sus cinco hijos que junto a sus descendientes la vivirían durante el siglo XIX. En el siglo XX ha pertenecido a la familia Lorenzo Labrador y hace poco ha sido adquirida por unos nuevos propietarios que han realizado obras de restauración.En sus fachadas se observan claramente dos estilos diferentes. La fachada izquierda y la que mira a la calle El Roque, posee un estilo neoclásico, con azotea, cornisa de cantería y ventanas con antepecho de rejas de hierro; en la fachada de la zona derecha de la misma se conserva el estilo típico canario, con cubierta de teja y cornisa corrida de cantería bajo el alero, ventanas con antepecho, hojas y postigos de cuarterones, cristales en su parte superior y asientos curvos en su interior. Da la sensación que la casa fue construida en dos etapas diferentes, diferenciadas en el tiempo.En la fachada que mira al este, se puede apreciar un típico balcón canario de dos cuerpos, al que tiene acceso una ventana y una puerta. Tienen antepecho inferior de cuarterones largos y superior de balaustres planos, coronados por la baranda; tres pies derechos con sus correspondientes zapatas sustentan la estructura del tejado. De él parte una escalera exterior de madera que lleva a la azotea.

Balcón de dos cuerpos, con antepecho inferior de cuarterones largos y superior de balaustres planos


Al interior de la casa se entra por un zaguán de baldosas de piedra; una doble puerta comunica con el patio, que conserva el mismo tipo de enlosado. Desde el patio se observa una galería sostenida por dos columnas de madera sobre zapata de piedra, cuya estructura ha sido modificada respecto a la existente antiguamente. Una escalera de madera de dos tramos con barandilla de balaustres torneados termina en la antesala en un balconcillo del mismo tipo. La mayoría de las habitaciones de la parte alta conservan aún el piso de madera; la sala principal posee techo artesonado. otras dependencias de la planta baja de la casa se conservan aún elementos del pasado como sótano y cocinas. En la azotea, sus muros y asientos se hallan resguardados por losas de cantería.

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