Nota de reconocimiento

San Juan de la Rambla posee un importante patrimonio arquitectónico civil y religioso, que las distintas generaciones de sus habitantes nos han legado para su contemplación y disfrute; todo ello enmarcado dentro de un entorno natural que sus moradores han sabido conservar. Este blog quiere hacerse eco de ese sentir de divulgación y popularización del patrimonio que tanto ha costado levantar y conservar a lo largo de los cinco siglos de existencia del municipio.

Casa de los Bautista Perdomo



Situada en la Calle de la Ladera. Fue construida en la segunda mitad del siglo XVII - es por tanto una de las casa más antiguas del pueblo - por el presbítero Andrés Bautista Perdomo (1652-1719), hijo de Juan Bautista Díaz de la Guardia y de María Gómez Perdomo, que como patrimonio para ordenarse sacerdote le incluyeron, entre otras propiedades, una casa terrera situada en la calle la Ladera.

La amplió añadiéndole una segunda planta, finalizando su remodelación en 1692, pasando a ser su morada. Testó en 1719 como heredero a su sobrino Francisco Bautista Perdomo, esposo de Tomasa Catalina Miranda, que allí vivieron y tuvieron 9 hijos. La heredaron sus hijos; pero a comienzos del siglo XIX fue vendida a Pablo Hernández de la Cruz (1751-1817), casado con Antonia Bautista González. Le sucede su hijo Alejandro Hernández Bautista casado con Nicasia Bautista Perdomo. En el primer cuarto del siglo XX, más de la mitad de la planta baja y huertas anexas, fue adquirida por Jesús Falcón Silva. Actualmente, esta parte está en posesión de sus herederos. El resto de la vivienda ha tenido diversos inquilinos y en los años 50 y 60 del siglo XX, tuvo allí acomodo la Academia de Segunda Enseñanza: San Alberto Magno. Esta parte hoy es propiedad de una extranjera.





Tiene cubierta de teja y su fachada ha sufrido lamentables añadidos que la han desvirtuado por completo. Inicialmente, sus ventanas fueron de cojinete, con antepecho de cuarterones. La puerta principal es de cuarterones lisos, al igual que la del zaguán.

Tras el zaguán hay un patio de losas, con dos pies derechos de madera sobre basas de piedra, que sostienen el corredor. Una escalera de madera de dos tramos con balaustres torneados y terminada en un balconcillo con similares características que nos lleva a uno de los más bellos corredores que existen en San Juan de la Rambla.
Es todo de madera, abierto y de tres lados. Tiene el antepecho inferior de cuarterones y el superior de balaustres torneados que sostienen la baranda, de ella parten cinco pies derechos de madera con sus correspondientes zapatas que sostienen el techo del corredor, que su cubierta es de teja y madera apoyada en la armadura; dichos elementos se prolongan en el alero. En las esquinas hay gárgolas de madera.
Desde el corredor se tiene acceso a las salas principales de la casa todas con piso de madera. Las dos que dan a la fachada y otra que mira hacia el norte tienen artesonado mudéjar con decoración de lacería, tirantes en el centro y en las esquinas. El resto de las habitaciones que dan al norte tienen también techo artesonado. En la parte trasera de la casa que da al este, tiene añadidos del siglo XIX con azotea y terraza.


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